domingo, 26 de abril de 2009

Wanted; de Mark Millar y J.G. Jones

Mark Millar, autor de series como The Authority, Superman: Red son, The Ultimates, o Civil War, se ha labrado una fecunda "notoriedad" dentro del mundillo del comic como uno de los más "reputados" guionistas. Nótense los entrecomillados. Y ojo, a mi Mark Millar me gusta, al menos The Authority y Superman: Red son, fueron series que me encantaron.

Wanted (2003-2005) es una de las series más flojas que le he leído a Mark Millar. En esta serie ya se notan ciertos vestigios, cierta pose que huele a tufillo. Ser subversivo por serlo, porque sí, porque "mola mogollón hoy en día", no da el cante.

Millar propone lo siguiente: El mundo está gobernado, de manera subterránea, por un elenco de supervillanos, una especie de super-organización del crimen, que llevan las riendas del mundo a su antojo. No existen los superhéroes, se los cargaron a todos. Bien en éste idílico mundo vive un tal Wesley, un muchachito reprimido, con un trabajo de mierda, con el que todo el mundo se mete, que, cierto día, se convierte en... un supervillano con el rostro de Eminem. Lo que sucede después es el típico argumento de que uno quiere más poder que los demás y se dedica a quitarse de enmedio a los aspirantes. Es decir, uno que es más malo que nadie. Pero llega el pseudo-Eminem disfrazado y reestablece el orden, se queda con el dinero, el poder y la tía buena de turno. Con un final trilladísimo. Pero Millar, como debió de pensar que esto le había quedado demasiado fantabuloso guay de la muerte, se dedicó en las últimas páginas del comic a señalar al propio lector y a decirle: "Joder, eres bastante gilipollas... ¿por qué debería importarte cómo me va a mí la vida?... estás matándote a trabajar doce horas al día, engordando en grasientos fast-foods, y tu novia seguro que se está follando a otros... solo porque tengas una tele de plasma y una gran colección de dvds no quiere decir que seas un hombre libre, gilipollas. Tú eres otro esclavo bien pagado, como todo el rebaño de ahí fuera... vas a cerrar este comic y a comprar algo más para llenar ese enorme vacío que hemos creado en tu vida" Es decir, venga, voy a decir algo "supersubversivo" para que luego no digan que soy un blandito.

Y no quedó ahí la cosa. Los nombres de algunos villanos: Shit-head (Cabeza-mierda: Un villano compuesto de las mierdas más afamadas: Charles Manson, Hitler, Ed Gein...), Fuckwit (Una copia en clave síndrome Down de Supermán), Sucker, Mister Rictus, The Fox...

En fín, una amalgama de violencia visual y verbal realmente olvidable. Pura pose.

Otras obras del autor reñadas:
- The Authority
- Superman: Red Son

lunes, 13 de abril de 2009

Tres sombras; de Cyril Pedrosa

Cyril Pedrosa trabajó como animador para Disney entre 1996 y 1998. Posteriormente y ya como dibujante, crearía, junto a David Chauvel, Ring Circus y Shaolin Mussaka. Y como guionista y dibujante ha creado Los corazones solitarios (2006) y este reciente Tres sombras (2007), nominado como esencial en el salón de Angouleme 2008.

La primera impresión que uno tiene viendo las ilustraciones de éste comic, es la maravilla absoluta, la admiración, por alguien dotado de un don verdadero para el dibujo. Con un estilo mezcla de poderosa soltura, sencillez y limpieza en el trazo, la belleza de proporciones e innovadoras perspectivas de los personajes, así como un atractivo y suave diseño de paisajes, dan a la historia un aliciente que, de hecho, ya de por sí tiene la propia historia que presenta Pedrosa. La vida familiar sencilla y alegre de unos padres y su hijo de corta edad, se ve alterada por la aparición misteriosa de tres extrañas y vaporosas figuras montadas a caballo, que observan en silencio, desde la lejanía, a la familia y más especialmente a Joachim, el niño. Tras descubrir que las sombras buscan al niño para llevárselo, el padre lo carga consigo y se embarca en una huida desesperada. Pero el cómic no habla de huida, sino de aceptación de lo inevitable, de resignación ante la muerte. Su metáfora nos habla de la lucha para consigomismo de un padre, cuya cegera le impide aceptar lo que tarde o temprano terminará ocurriendo, contra el designio del destino. Y, ciertamente, resulta memorable y conmovedor asistir a esta pugna, a este aprendizaje doloroso. Algunas de sus escenas son de un voltaje emocional altísimo, y es en esos momentos cuando el dibujo se hace más oscuro y perturbador, llenándose las imágenes de sombras y de un sentido onírico.

El mundo que construye Pedrosa, un mundo antiguo, donde aún existe la magia y la fantasía y la aventura forma parte del constructo vital de la naturaleza, nos lleva a pensar en un cuento alegórico, como los de antes, te hace pensar en los clásicos europeos: Hans Christian Andersen, en los hermanos Grimm... Quedando la metáfora flotando tras su lectura. Una metáfora agridulce, dura, pero necesaria.

Sólo decir que Cyril Pedrosa escribió ésta historia tras la muerte del hijo de unos amigos cercanos, lo cual da aún mayor relevancia al dolor expresado a lo largo de sus páginas, hechas con verdadero cariño.

Todo un placer y absolutamente recomendable.

Vathek; de William Beckford

Cuando me imagino a William Beckford (1760-1844) me lo imagino vestido con largas túnicas, turbante, rodeado de alfombras persas en la penumbra de algún ocaso árabe, y no como aquel perfil de aristócrata inglés que aparece en los grabados. Será porque su nombre es sinónimo de una de las novelas góticas fundacionales: Vathek, cuento árabe (1786).

Beckford tuvo la suerte de heredar un millón de libras, tierras y plantaciones de azúcar, a la tierna edad de diez años. Lo cual le dejó libre para dar rienda suelta a sus pasiones, entre ellas: La literatura y la arquitectura. Respecto a la última de las aficciones citadas, mandó construir La Abadía de Fonthill, con una gigantesca torre en su centro. Respecto a la Literatura crearía sobretodo Vathek y sus episodios. Sería largo y tedioso citar aquí las vicisitudes que ha sufrido la novela a lo largo de la historia y su complicada y casi imposible publicación junto a sus episodios, lo cual se alargaría durante casi dos siglos. La novela fué originariamente escrita en francés por Beckford, y éste le pidió al reverendo Samuel Henley que la tradujese al inglés. Craso error, querido Beckford. Pués el cabronazo del reverendo Henley, que de santo tenía bien poco, intentó adjudicarse la autoría del libro publicándola él mismo en inglés en 1786. Beckford, que aún no había acabado de escribir sus episodios, no tuvo más remedio que publicarla él mismo en francés un año después, sin, claro está, los episodios (un total de cuatro) con los que tenía pensado acompañar al texto. De hecho, Beckford no llegó a publicar en vida sus episodios completos, dejando el tercero de ellos sin terminar y destruyendo el cuarto. Para que llegase una primera edición de Vathek junto a sus episodios hubo que esperar hasta 1971.

Centrándonos en Vathek, ésta está inspirada en la pasión oriental que recorría Europa desde mediados y finales del siglo XVIII, y que había comenzado ya a principios de siglo gracias a Antoine Galland (primer traductor europeo de Las mil y una noches) o Barthélemy d'Herbelot de Molainville (Bibliothéque Orientale). Pese a que Vathek se desmarca de los escenarios góticos típicos de Walpole o Radcliffe: Los castillos, los páramos brumosos, las ruinas medievales... conserva el espíritu gótico intacto, trasladándolo a un escenario oriental, lleno de apariciones sobrenaturales y magia oscura, no faltan los parajes ciertamente sombríos y hechos aún más penumbrosos, las tentaciones y, cómo no, un máximo villano infernal.

El califa Vathek, asentado en Samarra a las orillas del Tigris, es un vil personaje dotado de los siete pecados capitales, pues es soberbio, avaricioso, lujurioso, perezoso y envidioso, y su gula e ira no tienen límites. Además, por si fuera poco, posee cinco alas de su palacio dedicados a satisfacer cada uno de sus sentidos, y una madre vil y aún más avariciosa que él mismo, interesada en el ocultismo y en las artes antigüas de una magia oscura y perniciosa. La historia de Beckford nos relata la caída lenta del Califa en los infiernos o en el Palacio del Fuego Subterráneo. Se nos relata su lucha, la lucha del bien y el mal, por rendirse o no ante el espejismo de los tesoros. El mal aparece en forma de tentación: Las relucientes y enigmáticas espadas de Giaur, el tesoro de los reyes preadamitas, o la belleza de la joven Nuronihar... y las pasiones por estas tentaciones, orquestadas en la sombra por Suleimán (el mismísimo demonio), deben luchar frente a la eterna pulsión hacia el Bien y la postración ante Mahoma.

Una novela clásica, subversiva y exótica. La creación de ese infierno, de esa ignominosa sala del Fuego Subterráneo, ese lugar físico y terrible de perdición en la que caen las almas perdidas, es una de las cúspides, a mi modo de ver, de la fantasía literaria. No deja de ser una novela moralizante, que de alguna manera nos advierte de a donde llevan los malvados caminos de la ambición y la avaricia, pero sin el habitual regusto artificioso de ese tipo de narraciones, y dejando un verdadero poso de estremecimiento y oscuridad en quien lo lee.

jueves, 9 de abril de 2009

El evangelio de Judas; de Alberto Vázquez

Alberto Vázquez, ilustrador y autor de comics, nació en Galicia hace ya casi treinta años. Ha colaborado en multitud de fanzines, ilustra habitualmente en EPS, y ha realizado últimamente dos comics realmente reseñables: Psiconautas (2006) y éste El evangelio de Judas (2007).

Ya conocía la faceta ilustrativa de Alberto Vázquez, gracias a sus apariciones en El País Semanal (EPS), y me habían llamado poderosamente la atención aquellas imágenes de carácter minimalista y simbólico. También aquel muñeco suyo denominado "Falso ídolo" había quedado en mi inconsciente. De una manera subterránea ya adoraba su trabajo como creador de poderosas imágenes, imágenes que concentraban ideas en núcleos frágiles. Personalmente me gusta más el Alberto Vázquez ilustrador que el Alberto Vázquez autor de comics. Ahora que he podido leer "El evangelio de Judas" y comparándolo con todo ese magnífico elenco de imágenes que poco a poco va albergando en su blog, me quedo sin dudarlo con sus sutiles ilustraciones. De alguna manera me siento identificado con su propio lenguaje, me siento cómodo leyendo entre las líneas de sus dibujos, como si hablásemos el mismo idioma. Aún así, su comic me ha gustado, no voy a renegar de él.

El comic usa el título de aquel evangelio que supuestamente escribió Judas Iscariote, el apóstol que, según el resto de los evangelios, vendió a Jesús a los romanos. En éste evangelio, que ha sido descubierto y traducido hace pocos años, se nos dá una versión muy diferente de Judas: Judas sería el favorito de Jesús, y lo vendió a los romanos siguiendo órdenes del propio Jesús para "sacrificar el hombre que me cubre" y así "liberado del cuerpo"..."regresar al reino grande e ilimitado cuya inmensidad no ha visto ninguna generación de ángeles". Se dice que es un texto usado por una secta gnóstica.

En el comic, subtitulado Judas, la ardilla católica, se nos presenta un mundo antropomórfico de ardillas, pájaros, pececillos y demás, que viven en una especie de bosque. Ignoro cuanto tiene de autobiográfico, pero la ardilla, tras reconvertirse en un ser bueno, empático y con capacidad de amar a los demás, quiere convertirse en dibujante de comics. Jesús Cristo, editor de comics le promete el oro y el moro tras contactar con él. Tras este caparazón de historia moralizante y de dibujo cuasinfantil, se esconden reflexiones muy interesantes sobre el mundo del comic y sobre la vida en general: la hipocresía de las editoriales, la obsesión ante los plazos, las drogas, la fina línea entre el bien y el mal, el sexo... La ardilla se nos presenta como un ser atormentado, que no es capaz de hablar (no dice nada en todo el comic), y que sufre largos periodos depresivos. Aún así, es capaz de llegar a una verdad, una verdad pequeña, pero suficiente para él. A mi modo de ver, la ardilla que en un principio cree en la industria del comic (el cristianismo), queda defraudada por sus hipócritas promesas y sus falsos ídolos, y decide quedarse con su propia secta, pequeña, pero que reconoce su trabajo. Por tanto podría hacerse una analogía con el verdadero Judas y su evangelio.

jueves, 2 de abril de 2009

The league of extraordinary gentlemen (vol. 1&2); Alan Moore y Kevin O'Neill

Volver a Alan Moore (Watchmen; V, de Vendetta; The Swamp Thing, From Hell...) es como volver a una estancia victoriana cómoda y agradable, un lugar de luz y sombras con un borde bien definido de contrastes. Kevin O'Neill (Marshal Law) se dedica a componer la fotografía rápida del momento.

Estos días he estado leyendo con gran placer y embargo los dos volúmenes publicados en castellano de esta serie. En ellos Moore hace un viaje a las entrañas de la literatura clásica fantástica y de ciencia ficción, para componer un somero homenaje y rendir pleitesía a los grandes seres imaginarios del siglo XIX, que poblaron aquellos mundos de Bram Stoker, Henry Rider Haggard, Arthur Conan Doyle, H. G. Wells, Edgar Allan Poe, Julio Verne, o Robert L. Stevenson. Ambientado a finales del siglo XIX, nos encontramos al imperio británico conformando un mítico grupo de seres extraordinarios: Wilhelmina "Mina" Harker (extraída de Drácula); Allan Quatermain (de Las minas del rey Salomón); , Hawley Griffin (de El hombre invisible), Jeckyll y Mr Hyde (de la novela del mismo título de Stevenson), y Nemo (de 20.000 leguas de viaje submarino). Además se hacen un sinfín de guiños a hacia otros personajes como Sherlock Holmes y Moriarty (de los relatos y novelas de Shelock Holmes) o Fu Manchú (de las novelas de Sax Rohmer) o Ismael el marino del Pequod (de Moby Dick)... De hecho, son tantas las referencias hacia la literatura de ficción, que existe incluso una página (en inglés) que se ha dedicado a anotar todas éstas referencias a las que alude Moore, en una especie de juego de guiños.

Moore, durante los primeros números (1999-2000), se dedicó a "humanizar" a esos personajes de ficción, así encontramos lo siguiente: Quatermain es un opiófago empedernido, Nemo es un indio absolutamente asocial y un pelín misógino, Griffin es un violador de jovencitas, y Jeckyll un lamentable y patético hombrecillo incapaz de dominar su parte salvaje y animal. Con éste panorama Mina parece la más normal del grupo. Tras la indómita presentación y unión de la extraña liga, ésta deberá vérselas con dos misteriosos personajes: El profesor Moriarty y el malévolo Fu Manchú, que ponen en peligro el equilibrio del imperio británico. A grandes rasgos, y con multitud de guiños y referencias hacia grandes clásicos del género de ficción en la lengua de Shakespeare, éste sería básicamente el guión del primer volúmen.

El segundo volúmen (2002-2003) está dedicado a dos clásicos de la ciencia ficción: "La guerra de los mundos" y "La isla del doctor Moreau", ambos escritos por H. G. Wells. La liga deberá enfrentarse a una invasión de extraños alienígenas. Este segundo volúmen es mucho más visual, e incluso creo ver en la primera escena, ese ir alejándose partiendo de un punto pequeño, reminiscencias y guiño a la primera página de Watchmen. En éste segundo arco la liga se deshace. Las motivaciones personales comienzan a primar más que las grupales, y en consecuencia hay un par de escenas arrolladoras, con sodomización incluida. La mala leche y crueldad de Moore, que veíamos en el primer arco argumental, crece y se agiganta, y el final del volumen es toda una metáfora antibelicista, que no deja de ser cruel pero misteriosamente real.

El arte de cruzar personajes de ficción y unificarlos en mismo mundo pertenece a Philip José Farmer y su Wold Newton, lo cual llegó a convertirse casi en estilo. Por lo tanto The League of Extraordinary Gentlemen puede ser a su vez un homenaje de Moore a las novelas de éste autor.

En castellano no se han publicado aún las últimas entregas de The league of extraordinary gentlemen; una subtitulada como The Black Dossier (2007): Un compendio donde se relatan las historias anteriores protagonizadas por las Ligas que precedieron en la historia a la de Mina y Quatermain; y el tercer volumen titulado Century (que se publicará éste año en inglés).

Hay Liga para rato, lo cual será bueno, seguro.


Otras referencias anteriores a Kevin O'Neill:
- Marshal Law

Otras referencias anteriores de Alan Moore:
- V de Vendetta
- Top Ten