Dentro de los personajes más extraños que me he topado dentro de la literatura fantástica sobresale el reverendo Henry S. Whitehead. Extraño es que un diácono norteamericano de principios del siglo XX escribiese relatos de terror y los enviase a revistas pulp de la época tipo "Weird Tales", "Strange Tales" o "Adventure". Pero más aún es que la mayoría de estos relatos tuviesen como tema central el Vudú y las supersticiones de los negros de las Pequeñas Antillas. Whitehead fué enviado, entre 1921 y 1929, como diácono a las Islas Vírgenes, y quedó embelesado por las costumbres y ritos tribales de los nativos, emoción que quedó totalmente grabada en sus historias. Entre 1924 y 1946 escribió un sinfín de relatos fantásticos y de terror, la mayoría de los cuales fueron publicados en revistas pulp de la época, las mismas revistas que, por entonces, publicaban relatos de H. P. Lovecraft, Robert E. Howard, Clark Ashton Smith o Seabury Quinn. Arkham House publicó dos colecciones de relatos de Whitehead: "Jumbee and Other Uncanny Tales" (1944), y "West India Lights" (1946).
Dentro de Jumbee y otros relatos de terror y vudú, encontramos un total de catorce relatos. Todos están ambientados en las Pequeñas Antillas, y en todos encontramos descritos ritos y supersticiones de los negros. Según Whitehead, todos estos negros nativos creían en la necromancia, en la brujería. Ellos mismos practicaban en Obeah (Obi) para curarse de enfermedades, y se cobraban sus venganzas mediante el Vauxdoux (Vudú), prácticas que llegaron durante los días de la esclavitud a través de Jamaica o Benín. Este culto a la Serpiente, a esa parte oscura y maligna del rito, produce verdadero terror entre los nativos que conocen cuales pueden ser las consecuencias de su práctica. Entre todo el elenco de supersticiones destaca el Jumbee, también llamado Zombie. El Jumbee es un fantasma o aparición, pero con la característica de que siempre es negro.
Por la misma época William B. Seabrook escribió también sobre el vudú en su famosa "La isla mágica" (1929). Todo un catálogo de prácticas oscuras y sobrenaturales en Haití. Además, el libro de Seabrook aparece citado en uno de los relatos.
Para articular algunos de estos cuentos Whitehead se valió de: Gerald Canevin y su compañero, el doctor Pelletier. Dos investigadores de lo sobrenatural, a la manera del Hesselius de Lefanu, el Carnacki de Hodgson, o el De Grandin de Seabury Quinn. Pero estos sólo se ocupaban de investigar el lado sobrenatural del Vudú en las Pequeñas Antillas o Islas Vírgenes.
En casi todos los cuentos, por activa o por pasiva, encontramos como tema principal la necesidad de venganza de alguno de sus personajes, lo cual hace que estos usen el culto a la Serpiente como herramienta. De la colección de relatos destacaría "Cassius", "Sombras" y "El hombre árbol", los dos primeros por la intensidad y el mal rollo que dejan su lectura, y el tercero por la belleza y el amor a la naturaleza que infunde; además resaltaría las ambientaciones históricas de "El Negro Tancredo" (esa mano correteando me pone aún los pelos de punta) y "Siete vueltas en la soga del ahorcado" (una estupenda historia de piratas y venganza).
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5 comentarios:
¡Qué sorpresa!, por consejo en el blog de Llosef me paso por aquí y este sitio es magnifico...
Buen libro, buena entrada recomendando a uno de esos autores olvidados que merecen mucho la pena.
Seguiré tu blog,
Aparte de que, al menos a mí, sus relatos consiguen darme miedo de verdad, lo mejor de Whitehead es que es un escritor de un estilo cuidadísimo y muy depurado, culto sin renunciar a ser consciente del tipo de relatos que escribía. Un lujo para los amantes de la literatura fantástica poder contar con un escritor como éste. Lujo que dichos amantes del género parecen ignorar, porque mira que se lo cita poco...
Tenía pendiente escribir una entrada sobre él en mi blog, pero ya...
¡Abrazos!
Llosef
Gracias Des por tu comentario, y bienvenido por aquí.
Cierto, Llosef, los relatos de Whitehead (o Cabezablanca, como le llamo de forma íntima) además de estar muy bien escritos y ambientados, dan bastante miedo y mal rollo. Tal vez por eso mismo, por ese estilo que capa tras capa va oscureciendo la historia dotándola de un ambiente malsano.
Y espero una entrada tuya sobre Whitehead. Nada de "pero ya..."
Un abrazo!
Intentaré hacerme con estos relatos. Toda esta historia de zombies y vudú suena muy interesante, y lo hacen aún más tentador las referencias: me gustaron bastante los relatos de Carnacki.
Otro de la época que también cultivó este tema fue R.E. Howard. Tiene un relato llamado "Palomas del infierno", que pese al título, es bastante interesante
¡Me encanta ese relato de Howard que indicas, padawan!
Llosef
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