domingo, 29 de noviembre de 2009

Inside Moebius -Tomo 1-; Moebius (2004-2006)

El 5 de Noviembre, San Zacarías, San Félix, San Leto, a las siete de la tarde estaba Moebius, el gran dibujante francés, en el Fnac de Madrid, presentando Inside Moebius. Y yo tuve la suerte de estar allí. Era la primera vez que presentaba una obra suya en España, y le llamó poderosamente la atención que hubiera tanta gente, gente expectante, deseosa de ver y oir a toda una leyenda del comic, que rebosaba aquella sala. En un más que aceptable castellano Jean (o Moeb, o Gir, o Giraud, o Moebius) expresó su sorpresa, ya que cuando firma como Moebius las ventas de sus comics son sustancialmente más bajas que cuando firma como Jean Giraud, y por tanto no esperaba encontrar a tanta gente allí, abarrotando el cubículo. Un creador sencillo, agradable, y ante todo feliz.

Inside Moebius es la obra más personal del autor. Nació tras la decisión de dejar de fumar marihuana, y de hecho parte de ese hecho: Moebius usaba la marihuana como herramienta para dibujar desde hacía muchísimos años. Sólo y exclusivamente. Y la obra es una especie de diario de sensaciones que refleja la decisión de dejarlo. La obra, con dibujos sencillos, más parecidos a esbozos rápidos y dibujados con prisa, nos muestran a un Moebius muy diferente al que conocíamos (dibujos suaves y limpios, llenos de detalles). Este viaje emprendido por el autor le lleva a plantearse infinidad de cuestiones: La relación con el comic y la página en blanco, la relación con el lector, la propia relación del autor con sus propios personajes: Arzak, El mayor, Blueberry, los personajes del mundo de Edena etc., la relación del autor actual con el autor de antaño... Y todo esto Moebius lo sitúa en un lugar personal: El desierto "B", una especie de lugar secreto e íntimo donde el autor se reúne con sus propias invenciones, sus propios sueños y sus propias pesadillas y miedos.

Para el que conoce un poco el mundo del autor ésta obra se convierte en una sucesión de guiños y reflexiones en relación a sus personajes, y le ayuda a conocer aún más su rico mundo interior.

Este primer tomo (de un total de tres) editado en castellano recopila los dos primeros números de la edición francesa (publicados en 2004 y 2006), pero que Moeb dibujó entre 2000 y 2001, lo cual hace que disfrutemos de una aparición inesperada por los acontecimientos: Los atentados de las torres gemelas y Bin Laden. El autor se encuentra con el mismísimo Bin Laden en su desierto "B" y tienen una interesante charla.

Realmente resulta interesante una obra así. Aunque es un producto que puede parecerse, y de hecho parece muy influenciado por obras de un estilo similar aparecidas en Francia: "Mis circunstancias" de Trondheim o "Diario de un álbum" de Dupuy y Berberian. Moebius convierte su autobiobrafía en una obra más de Moebius, con sus altibajos, pero con un sentido plástico y libre. Aún así creo que es una obra que interesará más a los aficionados de su obra anterior.


Reseñas anteriores de obras de Moebius:



domingo, 22 de noviembre de 2009

Franny y Zooey: de J.D. Salinger (1961)

Salinger es generalmente conocido por su El guardián entre el centeno (1951), obra que directamente le catapultó al culto y estrellato literario. También es conocido por el obsesivo (y en parte comprensivo) celo que tiene respecto a su vida privada.

Este pequeño librito se sitúa entre los de la llamada "saga" de los Glass, historias que, de manera fragmentaria, van mostrando las vicisitudes de los integrantes de la familia Glass. Esta saga estaría conformada, además, por: El relato "Un día perfecto para el pez banana" incluído en Nueve cuentos (1948); Levantad, carpinteros, la viga del tejado; y Seymour: una introducción (ambos de 1963), y Hapworth 16, 1926 (1965).

En todas estas historias se nos van mostrando los pensamientos y sentimientos, en determinados momentos, de la vida de varios integrantes de la familia y, en su mayoría, narradas desde el punto de vista de Buddy Glass.

Hasta ahora no había leído ninguna historia de ésta saga, también debo apuntar que no creo que vuelva a ella en el futuro. De hecho, de Salinger, hasta el momento, sólo había leído El guardián entre el centeno, y hace ya bastante tiempo de aquello. La impresión general, a pesar de haberlo leído hace ya unos cuantos días, no está muy formada, aunque no es muy buena que digamos. El librito está compuesto por dos relatos complementarios, el primero relata un momento puntual, donde la más pequeña de los Glass, Franny, sufre una pequeña crisis. El segundo de los relatos describe una larga conversación entre, primero, la madre de los Glass y Zooey, y después entre Zooey y Franny. Llama la atención el maravilloso dominio de Salinger para los diálogos, los cuales absorben totalmente al lector en el clima de intensidad situacional de los personajes. En especial es realmente memorable la conversación entre la madre y Zooey en el baño. Salinger es capaz de rodear esos diálogos con detalles que dibujan la situación de un realismo fastuoso.

Es agradable leer ambos relatos. Diría que la crisis de Franny es una crisis espiritual de realidad en la adolescencia. Franny descubre que la vida está rodeada de hipocresía y falsos rostros, y se agarra al misticismo para intentar escapar del absurdo fariseísmo. Zooey intenta hacer que Franny se sienta mejor con una larga conversación, y logra su consuelo. Oh, asquerosa mística superflua. Oh, maldita cita de otras cosas para apoyar poco peso.

Ejem. Diría que simplemente es agradable de leer y punto. Hay mil millones de libros mejores y más interesantes que aún no he leído. Ni más ni menos. Hay cierto tufillo moralista, religioso, teológico, que no me acaba de convencer. Además la pose de Salinger, oh ese gran escritor, oh ese escritor de culto, oh ese intocable, oh, oh, oh, no puedo soportar cuando un escritor juega a posar para sí mismo. Me da cierto asco. De alguna manera con éste libro me ha ocurrido algo parecido a lo que me ocurrió con El "vanagloriado" guardián entre el centeno: había muchas palabras y muy bien puestas, unas detrás de otras y todo, pero no me llevaban a ningún sitio en concreto. Había un autor ahí, sí, pero no había nada grande que contar, no había nada memorable. Tan sólo anécdota literaria.

martes, 10 de noviembre de 2009

Dylan Dog; de Tiziano Sclavi (1986)

Dylan Dog, es un comic italiano que originalmente fué creado por Tiziano Sclavi y caracterizado por Claudio Villa a mediados de los años ochenta. Renacía así el género fumetto nero italiano o comics para adultos que había nacido allá por los años sesenta con títulos como Satanik o Diabolik.

Sclavi tras trabajar como guionista previamente en series de la editorial Bonelli como Martin Mystère, Zagor o Mister No, creó a Dylan Dog y escribió para la serie los primeros guiones. El primero de ellos fué "El alba de los muertos vivientes" y apareció en 1986 con el maravilloso dibujo de Angelo Stano. Escribió de manera ininterrumpida los 23 primeros episodios, después apareció de manera habitual, aunque no constante, hasta el número 173. Después ha aparecido en contadas ocasiones, siendo su último guión hasta la fecha el del número 250 (2007). Dylan Dog sigue hoy en día publicándose mensualmente en Italia.

Actualmente la editorial Aleta está publicando en castellano y en orden cronológico todas las historias de Dylan Dog escritas por Sclavi. Todo un lujo. Hasta ahora llevan publicados tres tomos recopilatorios en cada uno de los cuales se incluyen cuatro historias.

He podido leerme durante estos días el primer volumen recopilatorio, y ya ando leyéndome el segundo y estoy a la caza y captura del tercero.

Un Sherlock Holmes con apariencia de Rupert Everett y Groucho Marx haciendo de él mismo en el papel de un peculiar Watson, en un Londres intemporal plagado de monstruos y apariciones sobrenaturales, con una pizca de gore. A grandes rasgos eso podría ser Dylan Dog. Las referencias y guiños de la serie hacia el cine, el género del terror, la pintura o la música, son casi infinitos. En un pastiche que, lejos de ser mediocre, alimenta bien a los amantes del terror, y que además está construido de manera muy cinematográfica. Las historias, que son autoconclusivas, proponen un misterio que se resuelve en unas noventa páginas, por las que desfilan muertos vivientes, hombres lobo, Jack el destripador, fantasmas...

De Sclavi es célebre su respuesta ante la pregunta de en quien se sentía identificado ¿En Dylan Dog, en Groucho...? "Ni Dylan ni Goucho, yo soy los monstruos". Y es que nuestro autor transmite cierto poso de terrible tristeza en sus historias, tal vez contrarrestado (y equilibrado) por las chorradas y tonterías surrealistas que suelta Groucho. Se dice incluso que ha padecido alcoholismo, bulimia, agorafobia y se ha intentado suicidar en varias ocasiones. Dejando a un lado el sensacionalismo, ya sea proyección de la parte oscura de Sclavi, ya sea mera y dotada imaginación, el caso es que Dylan Dog posee algo que lo hace realmente adictivo y muy muy recomendable. Lástima los altibajos que sufre la serie en cuanto al nivel gráfico, ya que a pesar que algunas de sus historias están dibujadas realmente bien: como en el caso de Angelo Stano, o Corrado Roi, hay otras que tienen un nivel pésimo que no están a la altura de los magníficos e inquietantes guiones que propone Sclavi.

Como curiosidad, hay una película basada en una novela de Sclavi titulada "Dellamorte dellamore" (1994), y que en España fue retitulada con el infumable "Mi novia es un zombie" (habría que cortarle algún miembro al graciosete autor de semejante título, esperpento digno de una Alaska alcoholizada) cuyos rasgos generales son prácticamente los de Dylan Dog. De hecho el actor protagonista es el mismísimo Rupert Everett.