
Gregory Gallant, ese ser autodenominado como Seth, de gafas redondas y sombrero, cuyo porte a veces recuerda a Pessoa, nació en Ontario (Canadá), y se trasladaría a Toronto para cursar Bellas Artes, donde desarrollaría un estilo gráfico muy personal. Ha diseñado portadas para discos, participado en numerosas publicaciones The Washington Post, New Yorker, Spin, New York Times... además de diseñar compilaciones (por ejemplo "The complete Penauts"). Seth publicó sus dos primeras obras más ambiciosas en la revista Palookaville, con la que colabora desde 1991: La vida es buena si no flaqueas (It's A Good Life If You Don't Weaken) publicada como novela gráfica en 1996; y Ventiladores Clyde (Clyde Fans) publicada de 1997 hasta 2002. La última obra de Seth, por ahora, es George Sprott publicada entre 2006 y 2007.
Seth ha dicho de sí mismo: "Se me conoce como el dibujante de la nostalgia". Y no es algo que sorprenda mucho tras leer una de sus obras. Yo añadiría: melancolía, tristeza, soledad y abatimiento, tras degustar Ventiladores Clyde. De hecho, la obra comienza con una sucesión lenta y paulatina de imágenes que nos muestra el amanecer y despertar de uno de sus protagonistas. La secuenciación de viñetas y transcurrir del tiempo es algo sumamente palpable en la obra de Seth. Somos conscientes del silencio entre viñeta y viñeta, de tal modo que el tiempo se convierte en uno de los principales pilares de éste comic.
Ventiladores Clyde cuenta la historia de dos hermanos y está dividida en dos partes. La primera nos muestra un día cualquiera de Abraham Matchcard en 1997. Y en la segunda asistimos a las tremendas dificultades de su hermano, Simon Matchcard, como vendedor de ventiladores en 1957. Los Matchcard asumieron la empresa familiar de diferente manera, Abraham, seguro de sí mismo, refiere a modo de monólogo su vida pasada como algo nostálgico, todos sus recuerdos están relacionados con su trabajo en Ventiladores Clyde, pero a su vez observamos su soledad (la ciudad, el hogar y todas las habitaciones están vacías de vida). El escenario se convierte así en el espejo en el que parece no verse. Por contra, en 1957, asistimos al deambular de Simon, un muchacho introvertido, tímido, que se ve en la tesitura de verse convertido en vendedor de Ventiladores Clyde, que es algo que le es absolutamente ajeno. Simon no es un vendedor agresivo, convincente, seguro de sí mismo. No. Simon es un ser sensible, emotivo, que se emociona con pequeñas cosas. Le gusta escuchar hablar a la gente en las cafeterías, observar postales inauditas, leer...
Es sumamente melancólico observar las dos caras de la moneda através del tiempo. El hermano orgulloso, condescendiente hacia su hermano pequeño. Y el hermano reprimido, viendo a su hermano mayor como amenaza. Esta disección familiar, crea en el lector una tristeza dificil de explicar. La nostalgia de Abraham hacia su pasado, un pasado lleno de alegría y buenos momentos para él, contrasta con un presente absolutamente vacío. Y la pena que sentimos por Simon, ese muchacho incapaz de adaptarse a la empresa familiar ni a los que le rodean, contrasta con lo que sabemos de él: que no logrará realizar su pequeño sueño de escribir un libro, que siempre sería un malogrado tristón.
Un comic terrible. De los que dejan una huella profunda de tristeza tras su lectura. Con la sensación de haber asistido al progresivo amarilleamiento de dos vidas a través del tiempo.
Muy muy recomendable.