domingo, 5 de octubre de 2008

Lovecraft; de H. Rodionoff y E. Breccia

Si alguna vez un niño encontrase en las viejas estanterías de su padre un pesado volumen de un tal Abdul Al-Azred... tal vez estaríamos ante una obra de H.P. Lovecraft o... tal vez ante la misma historia de Lovecraft.

Hans Rodionoff es guionista cinematográfico. Hasta la fecha sus películas se han caracterizado por no superar el 5 sobre 10 en la lista de imdb. Participa, sobretodo, en películas de terror americanas de serie b. Entre sus últimos engendros: Hollow (2004), Skulls II (2005) o Jóvenes ocultos II los vampiros del surf (2008). Enrique Breccia es otro cantar: Hijo del gran Alberto Breccia, comenzó su andadura ayudando a su padre en comics tales como El Eternauta, Mort Cinder o La vida del Che. Su padre le inculcó todo su amor por el arte y se dedicó a la pintura, pero volvería al comic con obras como "Alvar Mayor" o "El peregrino de las estrellas". Desde 2000 comenzaría su andadura en la industria americana, colaborando con las grandes Marvel y DC. Para ésta última tendría libertad absoluta para ilustrar "Lovecraft" (2004).

En éste comic se juega con lo mismo con lo que jugó Lovecraft hasta la extenuación en sus relatos: esa ambivalencia entre lo real e imaginario, en ese límite borroso entre lo verdadero y lo falso. Guiños y más guiños al más grande icono del relato del terror de todos los tiempos.

Tomando en consideración las líneas generales de la biografía de H.P. Lovecraft, se nos dibuja una fantástica historia de locura y monstruos primigenios. Se parte del extraño nacimiento del pequeño genio, y poco a poco, vamos asistiendo a la creciente locura del autor: Un padre ausente, una madre histérica y sobreprotectora, una mujer que, ante todo, lo ama... y ese otro lado oscuro al que se accede a través del Necronomicón, ese lado oculto donde las más terribles pesadillas, los monstruos del inconsciente, han de hacerse del todo reales.

A parte de guiños, que son constantes hacia el conocedor de la obra y vida de Lovecraft, lo que más llama la atención de éste comic es su tratamiento gráfico, obra de Breccia: La plasticidad del óleo, la acuarela, la pintura acrílica, la plumilla... lo cual da verosimilitud a una historia de terror que confunde realidad con pesadilla, sumiéndonos en un magma en el que es dificil anclarnos. Ya solo por ello merece la pena ser leído. Pero poco más. De hecho me parece en el fondo una historia poco excitante, incluso aburrida. Se sirve del mito que supone un autor de culto como el de Providence, para darle a la historia un aura de misticismo, y ni con ello consigue alentar ni crear suficiente empatía hacia un amante de la obra original, es decir: servidor.

En fín un comic prescindible para mi humilde gusto.

1 comentario:

Knut dijo...

Ni fu ni fa, especialmente cuando Breccia padre dejó el listón en donde lo dejó adaptando a L.

Historia tostón tópica y manida junto a un interesante planteamiento gráfico que personalmente me parece ideal para otra cosa.

Para Lovecraft el de Breccia padre, repito. Lo demás son tontás XD