martes, 3 de junio de 2008

El Malogrado; de Thomas Bernhard

Dramaturgo y novelista austríaco, Thomas Bernhard, sostuvo siempre una relación amor-odio hacia su país. De hecho llegó a ser declarada como persona non grata en Austria. Su obra más conocida es la saga autobiográfica en la que describió su propia vida desde su infancia: El origen, el sótano, el aliento, el frío, y Un niño (escrita entre 1975 y 1982).

El malogrado (1983) es una novela corta pero densa, llena de muros y repeticiones. Y sobre todo está plagada de una mala leche abrumadora. Es posible que en ella Bernhard tomase elementos autobiográficos de su paso por la Mozarteum de Salzburgo (que es la escuela superior de música austríaca).

En sí la novela es un preguntarse hasta la extenuación por las razones que han llevado al suicidio a uno de sus viejos compañeros de la Mozarteum. Narrado en primera persona, el autor nos lleva por un laberíntico monólogo interior que va alternando indistintamente los momentos del presente y el pasado. Los recuerdos y la situación actual se funden en un bloque. Los recuerdos nos van dibujando a dos de esos compañeros ya muertos con los que estudió piano: Wertheimer y Glenn. El primero es el que luego se suicidaría: es un ser absolutamente gris y mohíno, repulsivo, es "el malogrado", un hombre enfermo, cuya indisposición tiene mucho que ver con la aparición en su vida de Glenn. Glenn es el otro de sus compañeros del Mozarteum, pero a diferencia de Wertheimer, él triunfó. Se convirtió en un pianista internacionalmente reconocido. Los recuerdos y pensamientos actuales llevan al narrador (a Bernhard) a reflexionar sobre las consecuencias aniquilatorias de esa sombra de triunfo (de Glenn) sobre Wertheimer y sobre él mismo.

Leyéndola uno puede entender perfectamente porqué fué declarado como persona non grata en Austria. Toda una declaración de principios: Las ciudades de Austria le parecen las peores del mundo, las personas austríacas le parecen horribles, el partido socialista que estaba en el poder le parece que ha desvirtuado la palabra socialismo... Y así un sigue y sigue infinito. Es una de esas novelas, tan preñadas de negativismo y mal rollo, que uno tiene que apartarse un poco por temor a contagiarse de un nosequé oscuro y deprimente.

Aún así he quedado fascinado por el estilo brutal y descarnado de Bernhard. Tiene una fuerza única. El libro está escrito como si oyésemos y viésemos su propia voz relatando ese rescate del recuerdo.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

No he leído ésta que comentas, pero desde luego lo del mal rollazo es más que cierto. Y al tiempo, lo describes muy bien, fascina su estilo hiriente.

Me da rabia no recordar cuál fue la novela de Bernhard que más me gustó de las que leí (me dio un poco fuerte, pero después no he vuelto a leerlo). Sé que hubo una en especial que me pareció extraordinaria. Lo debo tener apuntado en alguna de mis libretas, pero me da pánico buscar en ellas.

¡Abrazos!

Llosef

Pesanervios dijo...

La verdad es que dan ganas de leer más libros de éste hombre, no me extraña que te diese fuerte. Tiene una forma de escribir muy personal, te sacude desde el primer momento.

Tengo por aquí también "El sobrino de Wittgenstein", así que la leeré. También he leído muy buenas opiniones de "Extinción".

Si te acuerdas de cual fué la que tanto te gustó ¡Dímelo! Ya sabes que tengo muy muy en cuenta tu opinión.

¡Un abrazo!

juamshii dijo...

Buenas.. primera vez que paso por acá.
Leí "El imitador de voces" hace un par de días y me gustó.

Salud,
Laura

Pesanervios dijo...

No conocía ese libro de Bernhard. He leído por ahí un breve resumen y la verdad es que es interesante, una historia bastante atrayente, así de primeras.

Un saludo.