jueves, 3 de julio de 2008

La ascensión del gran mal; de David B.

David B., fué uno de los fundadores de L'Association en 1990, editorial independiente que quiso desmarcarse de las líneas editoriales de la industria francesa. De L'Association salieron autores franceses destacables como Sfar, Trondheim o el propio David B. La ascensión del gran mal es su obra maestra hasta el momento.

En La ascensión del gran Mal (1996-2003) David B. rememora su propia vivencia sobre la enfermedad de su hermano Jean-Christophe: la epilepsia (El gran Mal). Para ello realiza un pormenorizado recorrido desde su infancia hasta la edad adulta en un total de seis volúmenes. Aunque la obra esté enfocada desde un punto de vista subjetivo, a modo de autobiografía, el autor nos muestra de forma global la reacción familiar ante ese Gran Mal que les atenaza. Las primeras crisis y ataques, la incomprensión de los amigos, la búsqueda de un remedio para el mal; todo ello termina convirtiéndose en un peregrinaje de la medicina convencional (y esas pruebas científicas) hacia las medicinas alternativas (la macrobiótica), pasando por el esoterismo, la videncia, el magnetismo, el vudú o la iglesia swedenborgiana; y toda esa vivencia la muestra tal cual David B. desde el punto de vista de un niño, que simboliza a través de fantasmas y dibuja de forma compulsiva esa guerra interior que porta dentro. El dibujo y la imaginación se convierten así en las únicas armas que puede usar ese niño para combatir aquel Gran Mal que afecta a toda la familia, que hace primero de Gengis Khan su gurú.

El relato se hace terrible, y David B. logra empatizar con nosotros y hacernos partícipes de esa enorme impotencia ante la que su familia se sitúa. Todos los integrantes de la familia se sienten perdidos e impotentes. Así, además de la enfermedad del hermano, asistimos al crecimiento y la madurez del propio David B. El autor confiesa querer la muerte para su hermano, y nos dice "siento una rabia que calmo dibujando sin cesar", y dibuja enormes guerras y se dibuja a sí mismo con una armadura de soldado de Gengis Khan cada vez más y más gruesa. El espíritu de su abuelo muerto le acompaña en forma de un pájaro negro, y acude a él para confesarse y pedirle aliento en los peores momentos. Escapando a través de la fantasía para huir de una realidad abrumadora.

Después, mientras va haciéndose mayor, cambia al pájaro negro por iconos que le inspiran sus lecturas fantásticas: Utiliza la trinidad de "Los últimos cuentos de Canterbury" de Jean Ray -Un muerto, un gato mágico y el diablo dice Su- como nuevos confidentes. Y cambia esa armadura, esa máscara. Su propia madre le dice "antes dibujabas todo el tiempo caballeros con armadura, ahora tus personajes llevan trajes negros. Es tu nueva armadura". Y David B. sentencia: "Mi armadura es la noche". La enfermedad de su hermano va haciéndose más y más insoportable para la familia, de hecho Jean-Christophe comienza a responder con violencia, ante lo cual David comienza a contactar con su propia ira; mientras sigue dibujando y logra entrar en la escuela de Artes Aplicadas de París.

El sexto tomo es tal vez el más introspectivo (aunque todos lo son) y el más escalofriante. En él David B. nos relata sus primeros pasos en el amor, en el mundo del comic y tal vez en el mundo adulto. Todo está más centrado en él, dejando en un segundo plano a Jean-Christophe. La realidad envuelve su vida, lo vivido arrastra al autor más allá de lo imaginario. Comienza a unir las piezas del puzzle de esa vida junto a su hermano enfermo y a encajarlas en sí mismo. La muerte, la tristeza, la soledad, la ira, la impotencia. Todo debe enfrentarlo ahora, como si saldara las cuentas con la epilepsia de su hermano, aceptándola de forma constructiva.

La totalidad de la obra es de una sensibilidad apabullante. Su simbolismo, sus revelaciones; todo nos acerca empáticamente a la realidad de ese ser autodenominado como David B. Muy recomendable. Casi de necesaria lectura para cualquier amante del comic.

Otras reseñas anteriores de David B. :
- Los Complots Nocturnos

1 comentario:

Knut dijo...

Trondheim me gusta mucho, tengo que pillar este. Me has puesto los dientes largos!!!!

Un abrazo querido compi!