miércoles, 12 de noviembre de 2008

El gran Gatsby; de Francis Scott Fitzgerald

Hubo un momento en el tiempo, un lugar dentro de la literatura norteamericana del siglo XX, que se denominó así misma como generación perdida (Lost Generation) o generación del fuego (Génération du Feu) o simplemente "generación de 1914". Influída por varios acontecimientos de la historia: La Gran Guerra o Primera Guerra Mundial, la época del exceso y el materialismo americano (que tuvo como consecuencia La Gran Depresión tras el crack de 1929), y la Ley Seca de 1919. Estos tres grandes acontecimientos suelen ser recogidos, de alguna u otra manera, en las grandes obras literarias de ésta "generación". Los cinco máximos representantes americanos de esta época fueron: Faulkner, Hemingway, Dos Passos, Steinbeck y Fitzgerald.

El Gran Gatsby (1925) se impregna de ese ánimo, y nos sitúa precisamente en esa calma chicha que precede a las terribles tormentas. Fitzgerald supo ver entre el falso brillo de aquel espendor: Las grandes fiestas, la ostentación, la juerga, el jazz, las lángidas mujeres echadas en sillones, las enormes mansiones de los aristócratas... un símbolo: Gatsby. Porque Gatsby resulta al final el símbolo del materialismo, no un personaje. El narrador lo presenta así: "Gatsby representaba todo aquello que desprecio sinceramente".
Fitzgerald diseccionó y plasmó esta sociedad neoyorkina en el choque de clases: Los nuevos ricos y los viejos ricos. Y les dió hasta situación ficticia: West Egg y el East Egg. Simbólicamente representa esta relación entre clases con el imposible amor entre Gatsby y Daisy. Y también el choque de clases alta y baja: Con el también imposible amor entre Tom y Myrtle Wilson.

En la novela existen momentos deslumbrantes, como en el capítulo VII, donde asistimos a la silenciosa lucha de poderes de Gatsby y Tom, una lucha cuya tensión va subiendo poco a poco hasta, finalmente, explotar. Aún así, lo más llamativo e interesante de leer El Gran Gatsby en ésta época, es ver cómo el hombre es capaz, de nuevo, de tropezar en la misma piedra. Hago una comparación, casi ineludible, entre el crack del 29 y la "crisis" actual, consecuencia las dos del derroche y acaparación de unos pocos, casi siempre los mismos.

1 comentario:

Llosef dijo...

Una desesperada obra maestra. A mí me gusta aún más "Suave es la noche", pero Gatsby es excelente.