
Centrándome en Chhht! (o Shhh!), o sea cual fuere la onomatopeya que incita a guardar silencio, diré que se trata de varias historias cortas en blanco y negro protagonizadas todas por un pájaro negro que viste gorro y una chaqueta de cuadros. No hay diálogos ni letra alguna a lo largo de sus 125 páginas. Lo que sorprende, desde la primera de las historias, es la facilidad con la que Jason nos sacude emocionalmente. No necesita mucho para hacerlo. La rápida sucesión de las viñetas se transforma en mudos cortos cinematográficos. Sin aspavientos, sin detalle, y con un estilo minimalista, Jason nos habla de aspectos tan importantes como la soledad, el amor y la pérdida, la necesidad de estar acompañados, la madurez, la búsqueda de la identidad, o la invisibilidad.
La única pega que le encuentro es su brevedad. El álbum se recorre en apenas diez minutos. Uno se queda con la sensación de querer más. Así que... habrá que leer más cosillas de Jason. Tengo la impresión de que es uno de esos autores que hay que ir descubriendo poco a poco, a través de toda su obra, para así obtener una amplitud y una perspectiva más interesante.
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