jueves, 9 de abril de 2009

El evangelio de Judas; de Alberto Vázquez

Alberto Vázquez, ilustrador y autor de comics, nació en Galicia hace ya casi treinta años. Ha colaborado en multitud de fanzines, ilustra habitualmente en EPS, y ha realizado últimamente dos comics realmente reseñables: Psiconautas (2006) y éste El evangelio de Judas (2007).

Ya conocía la faceta ilustrativa de Alberto Vázquez, gracias a sus apariciones en El País Semanal (EPS), y me habían llamado poderosamente la atención aquellas imágenes de carácter minimalista y simbólico. También aquel muñeco suyo denominado "Falso ídolo" había quedado en mi inconsciente. De una manera subterránea ya adoraba su trabajo como creador de poderosas imágenes, imágenes que concentraban ideas en núcleos frágiles. Personalmente me gusta más el Alberto Vázquez ilustrador que el Alberto Vázquez autor de comics. Ahora que he podido leer "El evangelio de Judas" y comparándolo con todo ese magnífico elenco de imágenes que poco a poco va albergando en su blog, me quedo sin dudarlo con sus sutiles ilustraciones. De alguna manera me siento identificado con su propio lenguaje, me siento cómodo leyendo entre las líneas de sus dibujos, como si hablásemos el mismo idioma. Aún así, su comic me ha gustado, no voy a renegar de él.

El comic usa el título de aquel evangelio que supuestamente escribió Judas Iscariote, el apóstol que, según el resto de los evangelios, vendió a Jesús a los romanos. En éste evangelio, que ha sido descubierto y traducido hace pocos años, se nos dá una versión muy diferente de Judas: Judas sería el favorito de Jesús, y lo vendió a los romanos siguiendo órdenes del propio Jesús para "sacrificar el hombre que me cubre" y así "liberado del cuerpo"..."regresar al reino grande e ilimitado cuya inmensidad no ha visto ninguna generación de ángeles". Se dice que es un texto usado por una secta gnóstica.

En el comic, subtitulado Judas, la ardilla católica, se nos presenta un mundo antropomórfico de ardillas, pájaros, pececillos y demás, que viven en una especie de bosque. Ignoro cuanto tiene de autobiográfico, pero la ardilla, tras reconvertirse en un ser bueno, empático y con capacidad de amar a los demás, quiere convertirse en dibujante de comics. Jesús Cristo, editor de comics le promete el oro y el moro tras contactar con él. Tras este caparazón de historia moralizante y de dibujo cuasinfantil, se esconden reflexiones muy interesantes sobre el mundo del comic y sobre la vida en general: la hipocresía de las editoriales, la obsesión ante los plazos, las drogas, la fina línea entre el bien y el mal, el sexo... La ardilla se nos presenta como un ser atormentado, que no es capaz de hablar (no dice nada en todo el comic), y que sufre largos periodos depresivos. Aún así, es capaz de llegar a una verdad, una verdad pequeña, pero suficiente para él. A mi modo de ver, la ardilla que en un principio cree en la industria del comic (el cristianismo), queda defraudada por sus hipócritas promesas y sus falsos ídolos, y decide quedarse con su propia secta, pequeña, pero que reconoce su trabajo. Por tanto podría hacerse una analogía con el verdadero Judas y su evangelio.

2 comentarios:

Knut dijo...

Hombreeee lo de la Ardilla Católica suena bastante mal, sobre todo porque en esos tiempos primigenios como que el catolicismo no existe. Aún queda un tiempito para que San Pablo se ponga a hostiar que es cosa mala, jejeje.

El evangelio de Judas es muy cortito (ahora no recuerdo si está completo) y apesta a gnosticismo que es cosa mala. La esoteria, esa verdad que se esconde tras la apariencia, el conocimiento de que Judas lejos de ser un traidor es el elemento esencial. Aunque a mi me gusta más la idea de un Judas celote, cabreado y con la idea en la cabeza, bastante extendida en su momento de que el prometido Mesias sería un general que echaría a patadas a los romanos.

A mi el tebeo no me llena demasiado, lo veo un tanto llorón. ¿Industria del comic en este pais? Anda ya!!! De eso no ha habido nada que yo recuerde.

Personalmente encuentro más valioso Los Profesionales de Gimenez, aunque está en exceso apegado a una época ya extinta, cuando realmente existían revistas mensuales.

Pero está bien que se hagan estas cositas, jejeje

Pesanervios dijo...

A mi el comic me resultó curioso, una pequeña excentricidad, más rayano lo cómico y lo absurdo que lo místico. La verdad es que lo de las drogas, la tristeza y esa ascética un poco simplona, me parece un poco tontorrona y sacada de contexto.

Lo de Industria del comic... por llamarlo de alguna manera, claro, jejeje.