Entre los logros de éste inglés están los de haber guionizado series de superhéroes tales como The Authority (2000) donde reemplazó a Warren Ellis, The Ultimates (2002-2004) o Civil War (2006-2007). Además ha colaborado en varias ocasiones con Grant Morrison. Sus guiones no son historias "al uso" sino que suele alejarse de los clichés, siendo la suya una visión particular y muchas veces contundente.
Entre estas obras creó una bastante original Superman: Red Son (2003). En la que ya ahondaba en su característica visión de la cosmología superheróica. Estaba claro que los superhéroes necesitaban un cambio, un lavado de cara. Ya lo dejó entrever Alan Moore en los ochenta con su Watchmen: los lectores necesitábamos guiones más serios, más realistas, y que en ellos se preguntasen más cosas de las habituales. Dado que los americanos no lo captaron del todo, tuvieron que recoger el testigo autores también ingleses, léanse Gaiman, Ellis, Morrison... y el mismísimo Millar.
Superman Rojo es un comic tipo "Y si...", es decir, nos plantea una situación alternativa a la que ya conocíamos, teorizando sobre qué acontecimientos se desarrollarían si hubiese un pequeño cambio en la historia. En éste caso se centra en la figura de Superman, icono americano por antonomasia, para situarlo en un contexto absolutamente diferente. La pregunta que se hace Millar es la siguiente: ¿Que pasaría si la nave que trajo a Superman desde Krypton cayese en Ucrania en vez de en Kansas? Brillante ¿Y si Superman fuese soviético en vez de americano? Brutal. El simple hecho de ver a Superman con la hoz y el martillo sobre el pecho en vez de la clásica y legendaria "S" (símbolo del héroe, símbolo de lo individual en el pensamiento americano), debe revolver muchos (muchísimos) estómagos conservadores. De hecho creo que nadie pudiera imaginar un comic así en plena guerra fría. De esta manera el autor "pro"pone sobre el tablero un montón de piezas: Lex Luthor lidera las fuerzas de norteamérica. Lois Lane es la mujer de Lex Luthor. Superman es el arma definitiva de Stalin y el comunismo. Batman es un anarquista de la antigua Unión Soviética. Green Lantern se convierte en... ¿Se podría pedir más?
Pues sí. Por si este plantel no fuera suficientemente goloso, Millar deja una de sus mejores bazas para el final. El desenlace es tremendamente ingenioso (Hay quien dice que salió del coco del mismísimo Morrison).
Una pequeña pega: el dibujo. La verdad es que no me gusta mucho el estilo de Dave Johnson.
Entre estas obras creó una bastante original Superman: Red Son (2003). En la que ya ahondaba en su característica visión de la cosmología superheróica. Estaba claro que los superhéroes necesitaban un cambio, un lavado de cara. Ya lo dejó entrever Alan Moore en los ochenta con su Watchmen: los lectores necesitábamos guiones más serios, más realistas, y que en ellos se preguntasen más cosas de las habituales. Dado que los americanos no lo captaron del todo, tuvieron que recoger el testigo autores también ingleses, léanse Gaiman, Ellis, Morrison... y el mismísimo Millar.
Superman Rojo es un comic tipo "Y si...", es decir, nos plantea una situación alternativa a la que ya conocíamos, teorizando sobre qué acontecimientos se desarrollarían si hubiese un pequeño cambio en la historia. En éste caso se centra en la figura de Superman, icono americano por antonomasia, para situarlo en un contexto absolutamente diferente. La pregunta que se hace Millar es la siguiente: ¿Que pasaría si la nave que trajo a Superman desde Krypton cayese en Ucrania en vez de en Kansas? Brillante ¿Y si Superman fuese soviético en vez de americano? Brutal. El simple hecho de ver a Superman con la hoz y el martillo sobre el pecho en vez de la clásica y legendaria "S" (símbolo del héroe, símbolo de lo individual en el pensamiento americano), debe revolver muchos (muchísimos) estómagos conservadores. De hecho creo que nadie pudiera imaginar un comic así en plena guerra fría. De esta manera el autor "pro"pone sobre el tablero un montón de piezas: Lex Luthor lidera las fuerzas de norteamérica. Lois Lane es la mujer de Lex Luthor. Superman es el arma definitiva de Stalin y el comunismo. Batman es un anarquista de la antigua Unión Soviética. Green Lantern se convierte en... ¿Se podría pedir más?
Pues sí. Por si este plantel no fuera suficientemente goloso, Millar deja una de sus mejores bazas para el final. El desenlace es tremendamente ingenioso (Hay quien dice que salió del coco del mismísimo Morrison).
Una pequeña pega: el dibujo. La verdad es que no me gusta mucho el estilo de Dave Johnson.
2 comentarios:
He oído muy buenas cosas de Millar, me da algo de miedo porque suelo coincidir poco ultimamente con lo que oigo, pero visto tu comentario le daré una oportunidad.
Ojalá me guste.
Estoy tela de necesitado.
Jejeje. Es que puestos a comparar con Dios... No, la verdad es que el panorama comiquero está chungo.
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