Para mí ha sido un gran descubrimiento éste Bardín y éste Max. El album gira entorno a las aventuras y desventuras de Bardín, un españolito escéptico, al que un día el perro andaluz le otorga una serie de poderes surrealistas. (en realidad surrealismo, en castellano, debería llamarse superrealismo). El mundo de Bardín, a partir de entonces, girará entorno a la experiencia surrealista: cadáveres exquisitos, palíndromos, paisajes dalinianos, referencias a Max Ernst a Magritte, homenaje a Buñuel, los manifiestos, la experiencia onírica (en ésto será muy importante el cuadro “La pesadilla” de Füssli), la aparición mística, la obsesión por los ojos… e incluso el onanismo.
A destacar dos de sus historias: Bardín y Onán, y El ruido y la furia. En la primera “a veces el hombre tiene que atender a ciertas necesidades” y así Bardín, al que “repugna derramar inútilmente tanta vida” crea el bienllamado “sementerio”. La segunda es una historia sensacional e inquietante que toma como base el citado cuadro de Füssli y nos presenta a un Bardín durmiendo que se rebela en sueños a todos sus monstruos interiores, llegando a encontrarse a sí mismo en el sueño. Tremendo. Tremendísima historia que ataca directamente a la sensibilidad atávica del lector.
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