domingo, 2 de diciembre de 2007

Mientras dan las nueve; de Leo Perutz

Imaginad, imaginad un café de Viena de 1928. Imaginad que al fondo, en una mesa, hay dos hombres hablando de literatura ante cálidas tazas de café. Imaginad que fuesen Perutz y Lernet-Holenia. Dos grandes de la literatura fantástica europea. No hay mucho que imaginar, ocurrió. Además de pertenecer a los grandes círculos literarios de Viena, Perutz, que durante su juventud no vivió grandes éxitos académicos, llegó a ser un gran especialista en estadística, e incluso hoy en día se sigue usando la llamada "fórmula de equivalencia de Perutz" en cálculo estadístico. Y parece mentira colocar de un mismo lado la sensibilidad literaria de la que hizo gala con la frialdad matemática. Pero juntos formaron a ese Perutz que leímos.

Mientras dan las nueve (1918) es un libro fantástico, fascinante, con grandes partes de un humor negrísimo pero con un fondo que desconcierta y que, personalmente, deja un regusto melancólico. Cuando fué publicada, con gran éxito, Perutz fué comparado con el mismísimo Dostoyevski. El personaje principal: Stanislaus Demba, es un ser soñador, que vive y lucha con unas reglas personalísimas, bastante apartadas del común de los mortales. Una especie de Ignatius J. Reilly que hubiese caído en la Praga de principios de siglo. Vive en un sufrimiento que casi va buscando capítulo tras capítulo, que a los lectores nos sume en una ambiguedad terrible: ¿Qué llevará escondido Demba en las manos bajo su abrigo? ¿Por qué tendrá tanta prisa? ¿Qué sucederá a las nueve? Y con cada capítulo, en nosotros sube una tensión que no termina de romperse hasta que llega la conclusión, una conclusión que desconcierta, nada previsible. Perutz vuelve a maravillarme, a demostrar que estaba hecho de un material diferente del común de otros escritores. Cada libro suyo, un mundo distinto, fascinante.

Entradas anteriores a otras obras de Perutz:
El Judas de Leonardo

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